<<Espero que seas vos. Aunque veas este libro en manos de un policía… el intruso es él, este libro fue escrito para vos. Para que lo encontraras, para que lo robaras. Para que sepas que no puedo descifrar tu clave, pero que mientras escribía estas páginas, estabas en mí y te lo pasabas bien>>.
JOSE SBARRA
Hay libros desgarradores. Crudos. Profanadores. Libertinos.
Hay escritores imprescindibles. Este es uno.
Hay escrituras de masculinidades ácidas y disidentes incluso con la propia disidencia, con la propia masculinidad.
Sin complacencia, sin filtro ni guiños, escriben.
Así empieza esta breve reseña cínica dedicada al libro MARC, LA SUCIA RATA.
José Sbarra: ícono trash y literario de los antros de los años ´90 en Buenos Aires, fue un escritor maldito, como Puig o Pizarnik pero sin grandes editoriales que lo publicaran ni siquiera póstumo, vivió su vida al límite habitando siempre los márgenes intensa y profundamente. Oscuro y muy muy lejos de ser masivo Sbarra fue un devenir minoritario, de esos que Nestor Perlongher una vez invocó: contemporáneos que sin saberlo (¿o sí?), escribieron y vivieron el pensamiento, la (in)certidumbre de su época.
Confieso que ya sé porqué me fascina MARC, LA SUCIA RATA: es que allí encuentro a un Sbarra cínico, no en el sentido despectivo o peyorativo de la palabra, sino al mejor estilo de «Diógenes* el cínico», de actitud irreverente lleno de sarcasmo e ironía que intentó desestabilizar todo aquello configurado como convención, lo dado sin cuestionamiento y como cita de autoridad; para luego dejar una semillita de enseñanza transmutando los valores civilizatorios y culturales impuestos por otros que potencien la vitalidad singular de cada unx.
La mordedura cínica vale a todxs por igual, no subestima a nadie.
Sin importar la eticketa, vas y vamos a caer.
* * *
Marc, un joven marginal que se hace apodar «la sucia rata», es el protagonista cínico por excelencia de este libro. Intenta suicidarse arrojándose a las vías del tren y lo detiene un policía que intentará convencerlo para que desista de su idea. Es una novela corta, rápida y muy cínica que intercala los diálogos entre Marc y el policía por un lado y los extractos del libro que Marc escribe: LOS PRO Y LOS CONTRA DE HACER DEDO, por otro. Estos últimos muestran a través de una escritura sin filtro, cruda, rústica y muchas veces descarnada, una serie de paisajes y personajes que se encuentran en la ruta, haciéndonos entrar en mundos introspectivos y desmesurados.
La primera vez devoras el libro porque te atrapa, la segunda (porque insaciable de la primera) detenidamente sacás todo aquello que deja una resonancia que se hará postal, ritual que este mini-fanzin-criminal realiza con cada libro leído. Así son las lecturas criminales.
*Diógenes de Sínope: filósofo de la Grecia antigua perteneciente a la Escuela cínica.
